lunes, 10 de enero de 2011

SUELTA LA CUERDA

Cuentan que un alpinista, desesperado por conquistar el Aconcagua inicio su travesía después de años de preparación, pero quería la gloria para el solo, por lo tanto subió sin compañeros.

 

Empezó a subir y se le fue haciendo tarde, y más tarde, y no se preparó para acampar, sino que decidió seguir subiendo decidido a llegar a la cima hasta que oscureció. La noche cayo con gran pesadez en la altura de la montaña, ya no se podía ver absolutamente nada. Todo era negro, cero visibilidad, no había luna y las estrellas estaban cubiertas por las nubes.

 

Subiendo por un acantilado, a solo 100 metros de la cima, se resbaló y se desplomó por los aires... caía a una velocidad vertiginosa, sólo podía ver veloces manchas más oscuras que pasaban en la misma oscuridad y la terrible sensación de ser succionado por la gravedad.

 

Seguía cayendo... y en esos angustiantes momentos, le pasaron por su mente todos sus gratos y no tan gratos momentos de la vida, él pensaba que iba a morir, sin embargo, de repente sintió un tirón muy fuerte que casi lo parte en dos... Si, como todo alpinista experimentado, había clavado estacas de seguridad con candados a una larguísima soga que lo amarraba de la cintura.

 

En esos momentos de quietud, suspendido por los aires, no le quedó mas que gritar:

 

"AYÚDAME DIOS MIO..."

 

De repente una voz grave y profunda de los cielos le contesto:

 

"¿QUE QUIERES QUE HAGA?"

"Sálvame Dios mío "

¿REALMENTE CREES QUE TE PUEDA SALVAR?

"Por supuesto Señor "

"ENTONCES CORTA LA CUERDA QUE TE SOSTIENE..."

 

Hubo un momento de silencio y quietud. El hombre se aferró más a la cuerda y reflexionó...

 

Cuenta el equipo de rescate que al otro DIA, encontraron colgado a un alpinista congelado, muerto, sujetado con fuerza a la una cuerda... A ESCASOS DOS METROS DEL SUELO...

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