domingo, 4 de marzo de 2012

POBREZA O RIQUEZA

Estaba Dios sentado en su trono y decidió bajar a la tierra en forma de mendigo sucio y harapiento. Llegó entonces el Señor a la casa de un zapatero y tuvieron esta conversación: «Mira que soy tan pobre que no tengo ni siquiera otras sandalias; y como ves están rotas e inservibles. ¿Podrías tú reparármelas por favor?, porque no tengo dinero».


El zapatero le contestó: «¿Que acaso no ves mi pobreza? Estoy lleno de deudas y estoy en una situación muy pobre; y así quieres que te repare sin costo tus sandalias?»

Dios le dijo entonces: «Te puedo dar lo que quieras si me las arreglas».

El zapatero con mucha desconfianza dijo: «¿Me puedes dar tu el millón de dólares que necesito para ser feliz?»

Dios le dijo: «Te puedo dar 100 millones de dólares. Pero a cambio me debes dar tus piernas».

El zapatero dijo: «¿Y de qué me sirven los 100 millones si no tengo piernas?»

El Señor volvió a decir: «Te puedo dar 500 millones de dólares, si me das tus brazos».

El zapatero respondió: «¿y qué puedo yo hacer con 500 millones si no podría ni siquiera comer yo solo?»

El Señor habló de nuevo y dijo: «Te puedo dar 1000 millones si me das tus ojos».

El zapatero solo dijo: «¿Y dime; qué puedo hacer yo con tanto dinero si no podría ver el mundo, ni poder ver a mis hijos y a mi esposa para compartir con ellos?»

Dios sonrió y le dijo: «Ay hijo mío, como dices que eres pobre ¿si te he ofrecido ya 1600 millones de dólares y no los has cambiado por las partes sanas de tu cuerpo? Eres tan rico y no te has dado cuenta».

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