(Dos semillitas)
La primera semilla dijo: ¡Quiero crecer! Quiero que mis raíces lleguen muy profundas dentro del suelo y que mis retoños rompan la corteza de la tierra que tengo encima... Quiero desplegar mis tiernos brotes como banderas para anunciar la llegada de la primavera... Quiero sentir el calor del sol en mi cara y la bendición del rocío matinal en mis pétalos...
SE ARRIESGÓ Y ENTONCES CRECIÓ...
La otra semillita dijo: ¡Tengo miedo! Si dejo que mis raíces vayan hacia abajo, no sé que encontraré en la oscuridad... si me abro camino a través del suelo duro, puedo dañar los delicados retoños que ya tenga... ¿y si dejo que mis brotes se abran y una serpiente trata de comerlos? Además... si abriera mis retoños talvez un niño me arranque del suelo. No; me conviene esperar hasta que sea seguro.
NO SE ARRIESGÓ Y ENTONCES ESPERÓ...
Vino un ave buscando comida, escarbó, la encontró y se la comió. La semilla valiente creció, enfrento los riesgos y fue un árbol frondoso lleno de fruto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario