Están los que usan siempre la misma ropa.
Están los que llevan amuletos.
Están los que hacen promesas.
Están los que creen en supersticiones.
Pero también...
Están los que siguen corriendo aunque les tiemblen las piernas.
Están los que siguen jugando cuando se les acaba el aire.
Están los que siguen luchando cuando todo parece perdido.
Como si cada vez, fuera la última vez, convencidos de que la vida es un desafío.
SUFREN pero NO SE QUEJAN, porque saben que el dolor pasa,... que el sudor se seca y que el cansancio se termina.
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