No hallé ningún remedio
Que me aliviase la pena,
Pena aferrada a mi ser
Y tan preciada condena.
Que me aliviase la pena,
Pena aferrada a mi ser
Y tan preciada condena.
Mi corazón daba gritos
Lamentando mi desdicha,
Mis ojos vertían lágrimas
No sé si de pena o dicha.
Lamentando mi desdicha,
Mis ojos vertían lágrimas
No sé si de pena o dicha.
Que suerte tengo este día
Que he sentido este dolor
Navegando por mi alma
Que suerte tengo Señor.
Que he sentido este dolor
Navegando por mi alma
Que suerte tengo Señor.
Que suerte que tengo hoy
Pues aprendí con certeza
A alegrarme con mi felicidad
Y a ser feliz con mi tristeza.
Pues aprendí con certeza
A alegrarme con mi felicidad
Y a ser feliz con mi tristeza.
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