domingo, 22 de enero de 2012

AYER Y HOY

La víspera de Año Nuevo de 1916, un capellán habló a los soldados de la comunidad de naciones británicas en el Cairo, Egipto. De pie delante de hombres cuyas vidas habían sido completamente alteradas por la Primera Guerra Mundial, Oswald Chambers habló con ellos del ayer y el hoy.


Chambers dijo: «Al terminar el año nos volvemos con avidez, anhelantes hacia todo lo que Dios tiene dispuesto para el futuro. No obstante, el recuerdo del pasado no deja de llenarnos de ansiedad. Nuestro goce en el presente de la gracia de Dios tiende a desdibujarse ante la memoria de los pecados y errores del ayer. Pero Dios es también Dios de nuestro pasado y es Él quien permite que la memoria del ayer transforme nuestro pasado en un ministerio de crecimiento espiritual para el futuro. Nos hace recordar el pasado para protegernos de nuestro efímero sentimiento de seguridad en el presente... Deja que el pasado duerma pero deja que duerma en el dulce abrazo de Cristo. Deshazte de lo irreparable del pasado abandonándolo en Sus manos y sal hacia un futuro invencible con Él»

—En pos de lo Supremo, © 1993 por Editorial CLIE

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