lunes, 10 de enero de 2011

SE UN REVOLUCIONARIO


. . . Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os aborrecen. –Lucas 6:27.

 

La gente que puede amar a sus enemigos es revolucionaria. Un estudiante de postgrado llamado Jack se convirtió en un revolucionario de ese tipo, en contra de su voluntad.

 

Un verano pidió a Dios que le diera un ministerio. Se puso en contacto con varias organizaciones, pero no había oportunidades. Finalmente tuvo que aceptar el primer empleo que estaba disponible.

 

Terminó conduciendo un autobús del transporte público en Chicago. Una pandilla de la ciudad se subía a su autobús todos los días, no pagaban y lo amenazaban constantemente. Un día lo sacaron del autobús arrastrado y lo golpearon hasta dejarlo inconsciente. En el hospital, Jack sintió amargura hacia ellos y hacia Dios. «Señor –dijo quejándose– yo oré por un ministerio y tú me diste este trabajo tan horroroso y una golpiza».

 

Jack presentó una acusación contra la pandilla, los arrestaron, los llevaron a juicio y los declararon culpables. Pero durante el juicio, Dios empezó a sustituir la amargura de Jack con compasión y amor.

 

Cuando el juez pronunció la sentencia, Jack pidió permiso para que lo dejaran a él cumplir la sentencia por todos ellos. Pasmado, el juez dijo: «Eso no tiene precedente». «Sí lo tiene» –contestó Jack, explicando que Jesús murió en la cruz por un mundo culpable. La petición de Jack fue denegada, pero él empezó a visitar a los jóvenes en la cárcel y vio cómo la mayoría de ellos llegó a conocer a Cristo.

 

Cuando amamos a los demás de esa forma, ¡es revolucionario!

 

AMAR A UN AMIGO ES NATURAL; AMAR A UN ENEMIGO ES CRISTIANO.

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